miércoles, 17 de junio de 2015

1. "Hola"



"Ya estaba otra vez mi madre, ya me llevaba a otro médico. A otra absurda película de la que no quería ser protagonista" Pensó colocando sus cascos
—Chanyeol, hijo, verás como aquí te sientes mejor.
Al chico le pareció oír a su madre llorando otra vez.
"Mamá no llores, no culpa tuya que mi vida este llena de nada"

Tuvo que agacharse más de dos palmos para que su madre le dejara la mejilla derecha llena de besos y achuchones.
Un hombre delante de los dos, vestido de blanco y mucho más pequeño que Chanyeol le observaba atento.
—Vaya, no solemos frecuentar pacientes tan... creciditos. Soy el doctor Kim, encantado señor...
—Park Chanyeol. Le dijo su madre agarrada a su brazo inmóvil .—No... No habla mucho señor...
—Ya entiendo. -Volvió a recorrer al chico gigante con la mirada. Venga conmigo.
Chanyeol le siguió sin decir nada. Tampoco le importaba demasiado. "Adiós mi vida..." —Lloriqueba su madre. Tampoco le importaba.

El chico moreno pensaba que aquel era el hospital más grande en el que había estado jamás; Aunque, lo que no cambiaba era la sensación de vacío.
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Byun Baekhyun llevaba ingresado ya por un año. Le habían diagnosticado Bulimia nerviosa a pesar de que él no había dejado de purgarse o cortar sus muñecas.
Se pasaba el día sentado en la ventana de su cuarto, con música en los oídos y unas ojeras negras que marcaban su rostro de porcelana vieja.

Ese 9 de Diciembre hizo que su vida cambiase un poco.
Se abrió la puerta de su habitación y en el reflejo de la ventana vio entrar a una criatura diferente al resto, un chico de altura enorme, pelo azabache, piel pálida, ojos y orejas grandes, cuerpo delgado... Y Baekhyun pensó en aquellos momentos de su vida que no había visto nunca algo tan hermoso.
—Este es tu nuevo compañero, llévense bien. —Cerró la puerta dejando a Chanyeol dentro.
Baekhyun se quedó observándole desde la ventana, como el alto vestido como un niño, dejaba su mochila en la cama que estaba libre, serio, sin mostrar alguna emoción.
Aquella actitud llamó la atención del rubio. Se sentó ahora espaldas a la ventana solamente mirando a Chanyeol. Otra persona le hubiera dicho quizás alguna palabra ruda y brusca por intimidar así con la mirada; Sin embargo, Chanyeol no decía nada hasta que por fín después de unos minutos miró al otro chico. Los ojos oscuros y apagados del moreno causaron una punzada eléctrica en el cuerpo menudo de Baekhyun, pero tampoco dijo nada, sólo miró los ojos de Baekhyun por un momento, y cogió de nuevo su mochila.
—Hola. —El bulímico le saludó con extrañas sensaciones arañando su espalda.
Chanyeol no contestó.
—¿Por qué te han traído? —Se levantó manteniendo las distancias.
Chanyeol seguía sin decir ni una palabra por lo que Baekhyun se acercó y le ofreció su mano.
—No suelo presentarme con nadie, pero como vas a dormir aquí es lo apropiado.
—Esta vez el gigante si le miró. Primero a su mano llena de llagas y quemaduras, luego, a su casi sonrisa.
—En un rato es la hora de almorzar por si quieres bajar. —Baekhyun bajó la mano caminó de nuevo a la ventana.
Es extraño que no me haya preguntado si no bajo a comer, es raro que no me diga nada y sólo me mire y escuche. —Pensó el rubio algo nervioso, y no era por las pastillas que no se tomaba.
Lo peor es que cuando me mira, siento que me voy a caer. Debo de estar ya hecho mierda.
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Se pasaba la hora de comer y ninguno de los dos hablaba. Chanyeol se había sentado en la cama y mantenía la vista perdida en el suelo.
Baekhyun no dejó de mirarle en ningún momento sosteniendo su estómago por el hambre.
—¿Tienes hambre? —Preguntó Baekhyun.
Al ver que el gigante no contestaba, simplemente se levantó de su cama y salió de la habitación, dirigiéndose a los comedores de abajo llenos de transtornados y bastante maleante.
El joven de pelo rubio llenó un plato de pollo cocido y patatas, algo comible.

—¿Qué, Baekhyun? ¿Hoy empiezas con tu nueva dieta de anoréxico? —Se burló uno de los chicos sentados al fondo.
—El pequeño se giró hacia las mesas con la cara inexpresiva—Para empezar, no soy anoréxico gilipollas.
Unas risas se escucharon de fondo cuando Baekhyun, que caminaba a prisa por el gélido pasillo con el plato en sus frágiles manos, se topó con su enfermero que lo andaba buscando.
—Díos mío Byun Baekhyun. ¿No irá a empezar con los atracones de comida verdad? Porque usted nunca come y tenemos que hablar de ello. Baje en este momento al comedor con sus compañeros.
—No tengo compañeros señor. —Se escabulló corriendo con el plato de pollo en las manos hacia su habitación y seguido por un grito de aquel viejo.

Baekhyun abrió la puerta y encontró a Chanyeol en la misma posición pero ahora con los cascos puestos a todo volúmen. Baekhyun echaba de menos cantar. Lo recordó prestando atención a la música que escuchaba Chanyeol. Echaba de menos cantar pero su garganta ya no daba más. Su esófago estaba quemando y ardiendo en dolor.
Puso una mano en el amplio hombro de Chanyeol el que en vez de asustarse y decirle algo negativo al más pequeño, sólo se giró sin quitar sus cascos y centró sus ojos cansados en el plato que tenía justo a la altura de su nariz. Subió algo más y encontró la sonrisa tímida de Baekhyun, formando una adorable forma en sus ojos pequeños.
Finalmente, el gigante tomó el plato de pollo ya algo frío en sus grandes manos. Tragó un poco de saliva y su estómago rugió por el hambre. Comenzó a comerlo con gusto pero sin sonreír, comía mirando a Baekhyun, analizándolo completamente.